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jueves, 8 de septiembre de 2011

A mi padre (in memoriam)

Siempre me sentí identificado con estos versos de Gustavo Adolfo Bécquer:

Mi vida es un erial,
flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja.

Y pensaba yo, ¿de dónde me ha salido este amor por los versos y por el pesimismo y por los versos pesimistas? Pues ahora, hurgando en los papeles que mi padre atesoraba, encontré la respuesta bajo la forma de un poema que le escribiera a mi madre allá por 1959 ó 1960:

TÚ Y YO

Tú eres la alegre llegada
Yo soy la triste partida,
Tú eres la meta soñada
Yo la dicha mal habida;
Tú la clara alborada
Yo la noche que intimida.

Tú eres un canto a la vida
Yo soy de la vida el dolor,
Tú eres el dulce amor
Yo la ilusión perdida;
Tú simbolizas la flor
Yo la abierta herida.

Tú eres miel que apetece
Yo la hiel que se abomina,
Tú la brisa que reanima
Yo huracán que estremece;
Tú eres sol que ilumina
Yo soy niebla que oscurece.

Tú eres la risa que alegra
Yo soy llanto que entristece,
Tú la esperanza que acrece
Yo la realidad que arredra;
Tú el rosal que florece
Yo la dañina hiedra.

Tú eres la altiva victoria
Yo la humillante derrota,
Tú la semilla que brota
Yo el fruto de la escoria;
Tú eres brioso corcel que trota
Yo soy cual cansada noria.

Tú eres dicha que perdura
Yo soy fugaz ambición,
Tú eres dulce canción
Yo soy himno de amargura;
Tú representas razón
Yo, en cambio, la locura.
V C

¡Qué sorpresa!: mi padre fue lonero durante 48 años y lonero murió, pero antes de eso… ¡fue poeta! Y yo estoy llamado a recorrer su mismo camino.
Lo que se hereda no es hurto. ¡Cuánto que nos parecíamos, viejo querido!

4 comentarios:

  1. Que tristeza profunda trasuntan estos versos Filosofía!. Me emocionó leerlos. Sabés una cosa?.... También me siento identificada ,igual que vos con esos versos de Gustavo Adolfo Becker tan pesimistas. Que nos ocurra lo que expresan los versos no es que seamos imanes del mal ó que alguien mal intencionado provoca el mal que entorpece nuestro camino, que estoy segura igual que yo los superás con paz y confianza que te surgen de una forma inexplicable. No creas que deliro. Creo que son escollos ( que hasta ahora no han sido demasiado importantes) y que están predestinados a nosotros. Creo que tenemos la obligación en la vida de dar testimonio de templanza y confianza a nuestro prójimo y a las personas cercanas a nosotros aunque a veces nos culpen y nos critiquen, con la alegría que la vida regala a través de sus bellas expresiones. Sinceramente Filosofía me siento muy emocionada al leer tu planteo y los hermosos versos de tu papá que denotan sentimientos tan puros, nobles y sinceros que por ser tan ricos tienen la apariencia de pesimistas. Estoy casi segura que no era así. A vos te regaló su don natural, su talento de poeta, que aunque lo tenía en secreto, era su tesoro más valioso. Gracias Filosofía por esta publicación que me hizo llorar un poco. Un gran abrazo.

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    1. ¡Elsa, mi querida y divina Elsa! ¡No sabes cuánto me alegras, cuánto me reconfortas en estos tiempos tan tristes en los que ahora vivo! Yo pensaba en trascender, en ser leído por multitudes, y tan sólo he llegado a una sola persona: Elsa Beatriz Sabugo. ¿Y valió la pena tanto esfuerzo, tantas lecturas, tanta puntillosidad gramatical, tanto recalentamiento de neuronas, tanta vida y tanta muerte con la lapicera entre mis dedos? Sí, valió la pena, porque tengo una lectora, y una sola lectora ya es recompensa suficiente para mí, y sobre todo si es una lectora inteligente y sensible, sensible como para llorar ante un poema de mi padre

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  2. Que interesante lo que has contado en este bloque, pensas que has heredado eso de la melancolia o mejor dicho identificado con el pesimismo?

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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