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jueves, 29 de diciembre de 2011

Ser guey

--Padre, tengo que decirte algo muy importante.
--Dime, hijo mío.
--Soy guey.
--No, de ninguna manera. Tú no eres guey.
--¡Que sí lo soy! No quieras ocultártelo, padre. Te estoy diciendo la verdad.
--Escúchame bien, hijo mío. ¿Usas ropa de primera marca?
--No.
--¿Posees un auto de reciente modelo?
--No.
--¿Tienes facilidad para el baile?
--No.
--¿Escuchas los discos de Madonna o de Sara Brightman?
--No.
--¿Patinas?
--No.
--¿Vas al gimnasio, a las clases de aeróbic?
--No.
--¿Y al teatro, a ver musicales?
--Tampoco.
--¿Vas de paseo al yopin?
--No.
--¿Veraneas en Punta del Este y vas cada dos o tres años a Europa?
--No.
--¿Almuerzas en los más paquetes restaurantes?
--No.
--Y por fin, ¿posees un perro hiperquinético y pequeñito?
--No.
--Ya ves, querido hijo, tú no eres guey. ¡Eres un puto de mierda!

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