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lunes, 21 de mayo de 2012

Teoría de la sobreocupación de neuronas

Nuestro cerebro posee una cantidad innumerable de neuronas. Son realmente muchísimas, pero no son infinitas. En su vida, una persona adquiere conocimientos todos los días, los cuales se van alojando en las diferentes neuronas que no están ocupadas por conocimientos anteriores. En la mayoría de los casos, las neuronas de un ser humano promedio bastan y sobran tranquilamente para acumular los conocimientos que dichos seres reciben en toda su vida, pero si alguna persona llegara a asimilar una cantidad de experiencias extrañas a su ser mayor que la cantidad de neuronas de que dispone, a partir de ese momento al mencionado sujeto se le borrarán de su mente todos los conocimientos anteriores al que rebasó el cerebro.

Esta es una de las teorías que ha sido comprobada y que los hombres de ciencia en realidad aceptan, pero temen difundirla en público por el siguiente motivo, ¡a saber!: estos señores están aterrados con la idea de que, si la hipótesis saliera a la luz, las personas, atemorizadas por la misma, dejen de adquirir conocimientos y este mundo se llene de ignorantes. Pero sucede que, en lo que no reparan, es en que esto se podría evitar, ya que hubo síntomas que se reiteraron en los pocos casos que se conocen en toda la historia del humanidad, y si esas desafortunadas personas hubieran estado enteradas de esta teoría y de los síntomas que la preceden, habrían detectado la “enfermedad” y alejádose de ella, cosa que podría suceder con futuras víctimas.
Los síntomas de que una persona está a punto de llegar al momento crítico se manifiestan de la siguiente manera: el sujeto en cuestión se mostrará extraño, distraído, pero el detalle que lo delatará se producirá cuando duerma, que es el único momento del día en el cual una persona no es proclive a adquirir conocimientos. En dichos momentos, las personas que se encuentren cerca de la futura víctima podrán percibir claramente cómo la misma vocifera y hasta grita frases o cualquier otro tipo de concepto incorporado no hace mucho tiempo a su cerebro, como ser, de tratarse de un científico, fórmulas matemáticas, o si el desdichado es un artista, filósofo o similar, se escucharán frases o narraciones de imágenes asimiladas últimamente. Estos síntomas tan claros no son más que un impulso del cerebro que pugna por desalojar los últimos conocimientos adquiridos, previendo lo que en definitiva le está por suceder: su saturación.
Los “sueños hablados” se repiten aproximadamente durante diez o quince días antes de que el proceso de sobreocupación llegue a su culminación.
Otro síntoma que, a diferencia del anterior, será notado por el enfermo, radica en que esta persona sentirá que ya no tiene la misma velocidad mental para razonar y asimilar los conocimientos. Será así que, faltando uno o dos días para el desenlace fatal, a la víctima le tomará aproximadamente cinco horas interpretar un chiste de Quino en la revista de Clarín y no las dos horas que lo tenía acostumbrado. Pero no se deberá llegar a ese extremo, porque faltando pocas horas para la saturación sería prácticamente imposible salvarlo.
Y porque no sólo somos genios, sino que también somos humanos, no nos quedamos en la fácil. Podríamos, tranquilamente, enunciar esta extraordinaria teoría y esperar que la fama y el dinero nos caían desde arriba mientras los afectados por la misma se retuercen de impotencia. No sólo no buscamos fama ni honores, ya que no nos damos a conocer ni lo haremos nunca, sino que además de ser humildes buscamos el mejor destino para la humanidad, a la que odiamos, pero no por eso queremos destruir.
Por lo antedicho, y para que nadie se aterre de Nuestra revolucionaria hipótesis, hemos trabajado también en la solución para que nunca más una persona vuelva a ser víctima de esta extraña patología. Y lo hemos logrado!!!
Cuando a una persona que conozcamos comiencen a sucedérsele los síntomas nombrados, sobre todo el de los “sueños hablados”, procederemos de inmediato con los siguientes pasos, siempre lo más rápido posible y tratando de convencer a la víctima de que lo que se le hará será por su bien, tratando de no explicarle más nada para que no siga acumulando cosas en su marote. Luego de las breves explicaciones, el sujeto será llevado a un cuarto pequeño y sin ventanas y se lo colocará en posición horizontal sobre una cama, sillón o similar, siempre buscando su comodidad. Se le vendarán los ojos y se le colocarán tapones en los oídos, así como también cintas o sogas que lo sujeten contra la cama.
Deberá permanecer en esas condiciones como mínimo por un mes y durante ese tiempo nunca deberá estar solo. Siempre habrá alguien con él para alimentarlo y para atenderlo en sus necesidades fisiológicas, así como para auxiliarlo si intentara alguna medida drástica víctima de la incómoda situación que atravesaría.
Se dijo que el tratamiento sobrepasa los treinta días, pero en realidad el tiempo exacto para terminarlo llega cuando el hombre deja de hablar de sus conocimientos durante la noche. Esto por lo general ocurrirá al mes, pero es probable que ese periodo se extienda incluso hasta los seis meses.
Es preciso que durante toda la convalecencia no se le hable ni una sola palabra. Sí se recomienda hacerlo hablar al individuo y demostrarle que no está solo.
No se hizo hincapié en la primera parte del tratamiento, pero sin duda es primordial que el paciente comprenda que lo que se le está haciendo es por su bien. Para ello es necesario que quienes inicien el tratamiento sean personas apreciadas y si es posible queridas por el enfermo, pues de lo contrario podría pensar que todo eso forma parte de una especie de tortura, y al no encontrar los porqué de ella se llenará de dudas y terminará por volverse loco.
Cuando el individuo no hable dormido durante tres o cuatro días consecutivos será la señal que dará término al denominado “PDC” (proceso de desaturación cerebral). A partir de ese momento el individuo podrá situarse nuevamente en contacto con el mundo exterior, pero una nueva vida comenzará para él, ya que deberá alejarse terminantemente de la actividad que lo absorbía en el pasado para dedicarse a una etapa de descanso y diversión, en lo posible sin preocupaciones laborales.
Se le prohibirá leer cualquier tipo de libro y evitará tener charlas prolongadas y discusiones.
Se ha dicho que, de concretarse la sobreocupación de neuronas, el cerebro de la persona afectada queda en blanco, o sea, se prepara para empezar de nuevo, como nacer otra vez. Sin embargo, existen ciertas ocasiones en las que el órgano pensante no se desocupa totalmente, quedando algunas neuronas con conocimientos en su interior. Estos casos son los peores, ya que al chocar los viejos conocimientos ya elaborados con los que ingresan, sin elaborar y extremadamente primitivos por ser los primeros de una nueva vida, se produce una lucha interna que desemboca en la locura. Pero esta es la locura más peligrosa que pueda existir, ya que por momentos el cerebro coordina de una manera increíble debido a los antiguos conocimientos que no lograron salir. Es así que su inteligencia tiene picos de genialidad y de delirio.
Estos extrañísimos de locura se dan cuando los conocimientos que rebalsaron el cerebro (¿extrañísimos de locura?) son demasiados y extremadamente complejos, al punto que una vez asimilados se aferran al cerebro de manera tal que se hacen difíciles de eliminar. Generalmente, los datos que perduran por siempre son los del tipo matemático y no los filosóficos, que tienden a borrarse con mayor facilidad.
Con todo lo antedicho se explica, y es una forma de verificar que esta teoría es cierta, el comportamiento de algunos genios físicos y matemáticos que, pasada una etapa de cordura en sus investigaciones y descubrimientos en beneficio de la humanidad, dedicaron sus vidas a la concepción de maquiavélicos experimentos de muy extraña calaña. Estos personajes fueron llamados “genios locos” y abundaron en la época en que la ciencia daba sus primeros grandes pasos.
Ahora sabemos que esas personas fueron víctimas desafortunadas de la sobreocupación de neuronas y que tenemos en las manos el arma para evitar que hechos similares se repitan. Bastarale al que le toque disparar saber que tiene un arma y que funciona.

Grupo Prosaico Mancomunado, septiembre de 1988

1 comentario:

  1. GLOSARIO:

    - SATURACION.- Sobreocupación de la capacidad de almacenamiento de información de la masa neuronal

    - SUEÑOS HABLADOS.- Síntoma clínico patognomónico de la saturación neuronal cuyo origen fisiológico obedece a un mecanismo fútil de eliminación del conocimiento residual adquirido de modo reciente y caracterizado por verborrea nocturna durante el sueño profundo de instalación progresiva 10 a 15 días previos a la etapa final del padecimiento.

    - PERDURACION DE DATOS.- Los datos de tipo matemático suelen perdurar de por vida, en cambio, los datos de tipo filosófico son más sensibles a la eliminación.

    - P.D.C.- Proceso de Desaturación Cerebral.- Mecanismo neuronal de regulación negativa en la que el cerebro elimina toda la información sensible que ha sobresaturado su capacidad de almacenamiento neuronal.

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